12.02.2008

¿Dónde habíamos quedado? Retomemos desde ahí. No descubrí nada imprescindible. Y me fui de ahí, viajé. Y comprobé que aunque me escape, todos los lugares me encuentran. Ahora los veo venir. Sólos. Se apoderan de mí. Y yo me dejo llevar, y yo me dejo elevar también. Y desde ahí sentir que no hay nada bueno. Recordé que no hay nada bueno.
¿Dónde habíamos quedado? Retomemos desde ahí. Cuando no te tengo cerca todos los sitios son ajenos, y el presente es un continuo deseo: que el tiempo pase y llegue algo nuevo, que el tiempo pase y llegue algo bueno.
Pero no descubro nada imprescindible. Me recuesto y vuelvo a sentir: que no hay nada bueno en vos. Recordé que no hay nada bueno, y yo sé que no hay nada imprescindible y, tal vez, será por eso que te amo.
Hoy leí que no hay nada bueno.

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